El edificio de Especialidades Médicas Red UC Christus Santa Lucía, es una nueva pieza urbana que otorga infraestructura de salud de primer nivel y termina por consolidar el plan maestro del Campus Clínico y Universitario de la Casa Central PUC y el Patio Alameda (del año 2004), donde se ubica la Escuela de Administración, las oficinas de Administración y Patrimonio, los estacionamientos Lira 21 y la plaza elevada sobre Alameda. El nuevo edificio se construyó en un área remanente del terreno sobre Lira 21 y se adapta a un contexto de carácter patrimonial, rodeado por obras desarrolladas entre 1910 y 1950 donde destacan volúmenes compactos de hormigón, con canterías y cornisas, que componen calles de fachada continua, dentro del centro histórico de Santiago.

A escala de barrio, se inserta en un fragmento de ciudad, y se integra al entorno como un volumen compacto entre medianeros que mantiene la continuidad por las calles Lira y Quito, mientras que configura la fachada sur de la plaza Patio Alameda (¨cuarto¨ patio del campus) , construyendo una nueva fachada que mira a la Alameda y al Cerro Santa Lucía, en diferentes y consecutivas secuencias de aproximación. Sumándose al sistema de vacíos de los edificios ya existentes, conectados por los espacios públicos que rodean Casa Central y el Hospital Clínico dando continuidad al campus abierto, y generando sinergias positivas tanto para el programa interno de la universidad como para la comunidad y su entorno.
Esta última pieza del conjunto refuerza la cualidad de campus clínico universitario, al mostrar por primera vez su programa hospitalario hacia la Alameda y coexistiendo con el resto de los programas y la plaza que conecta peatonalmente las calles circundantes Lira, Alameda y Quito, remarcando su calidad de pieza urbana que activa el contexto. El edificio suma una nueva actividad al espacio urbano, mientras su fachada, y especialmente en el nivel de acceso, activa el espacio público.
PLANTA BAJA / NIVEL CALLE
El piso de acceso principal corresponde al piso 2, que se abre a la plaza mediante un hall que ocupa todo el frente del Patio Alameda y una escalinata que dirige a la entrada. En él se ubican los programas públicos del edificio: cafetería, admisión de cirugía, toma de muestras, oratorio y farmacia.
La arquitectura interior se estructura en base a programas médicos de carácter restringido, sin embargo, los flujos y áreas públicas son la base fundamental de interacción entre la infraestructura hospitalaria, el usuario y la ciudad.
En consecuencia, la permeabilidad a nivel calle debe ser tan exitosa como la funcionalidad del programa de usos. La planta baja integra al edificio al sistema urbano.
Aprovechando su emplazamiento consolidado hacia el eje de la Alameda se establece una relación de traspaso de flujos asociado a la plaza para efectos de conexión peatonal y desde el transporte público como Transantiago y Metro. Por otra parte, se mantiene el acceso vehicular a los pisos de estacionamiento subterráneo desde Lira 21, aumentando su capacidad completando un total de 601 unidades y agrega una zona para 61 estacionamientos de bicicletas.
Desde el punto de vista del contexto en cuanto a la percepción de su materialidad, el primer piso se diseña como un zócalo de hormigón con canterías equivalentes a las que se encuentran en el conjunto Guayaquil – Quito, el edificio de la Escuela de Administración UC y los zócalos de Casa Central por Lira del proyecto Patio Alameda. Este zócalo conecta materialmente el nuevo edificio en su primer piso con el contexto ya edificado.
CENTRO DE SALUD / DESAFIO PROGRAMATICO
El programa corresponde a un centro médico de atención abierta compuesto por 6 pabellones ambulatorios, 112 consultas, unidad de toma de muestras e imagenología. Los flujos organizados a partir de 3 núcleos de ascensores diferenciados: 2 públicos, el primero conecta con pisos superiores al área de pabellones, consultas y salas de espera, el segundo conecta con servicio de imágenes en piso 1 y estacionamientos subterráneos, y el tercero es privado y de flujo interno.
Esta nueva infraestructura entrega una oferta diversa de especialidades y subespecialidades médicas y aporta con un incremento en la capacidad del número de atenciones. Potencialmente sumará más de 150 mil en un plazo de tres años.
La calidad espacial y materialidad interior potencia la experiencia de los usuarios para que esta sea tranquila y contenida. Asociada al carácter particular de su emplazamiento urbano, sus vistas desde el interior se relacionan con el barrio en una escala acorde a la zona Marcoleta.
El principal desafío fue la optimización de la planta para maximizar el programa médico, en un terreno de morfología compleja, haciendo necesario liberar espacio interior de instalaciones para llevarlas hacia la envolvente. La fachada es revestida en madera, material que aporta calidez y calma en pleno centro de Santiago y expone por primera vez la presencia del Campus sobre la Alameda.
IMPRONTA URBANA / FACHADA / CARACTER
El proyecto pone énfasis a la expresión de la fachada hacia su entorno, mediante una envolvente revestida en madera en sus 7 pisos, utilizando el espesor para generar vanos profundos que protegen las ventanas de la radiación. Este sistema tiene como objetivo no solo optimizar rendimiento energético, sino que albergar en los paños opacos parte importante de las instalaciones del edificio. La solución constructiva se desarrolla entre losas de piso, con sistemas de tabiquería seca y su diseño exterior está marcado por el ritmo horizontal de las losas y el baile vertical de los paños opacos de madera acetilada, que garantiza su durabilidad. La envolvente se transforma así en una piel funcional de alta resistencia que aporta un aspecto innovador y noble al contexto urbano actual.
Dada la escala del proyecto, su emplazamiento, y su programa, la sustentabilidad se torna en un compromiso y se apuesta por la incorporación de materiales de baja huella de carbono. El uso de la madera tanto en la envolvente como en algunos revestimientos interiores del proyecto responden al contexto patrimonial con una solución cálida y amable y mejoran la experiencia del usuario mediante el uso de materiales naturales y durables que renuevan el paisaje urbano, como una apuesta por la recuperación de este fragmento de ciudad.